Cualquier momento es bueno para viajar, desconectar del trabajo por unos días y disfrutar a la familia. Por eso, para cuando pensemos en elegir destino… ¡Ahí van nuestras opciones preferidas!
La città dell’amore italiana. Pero Venezia es mucho más que una ciudad romántica. Sus canales con sus gondoleros de camisa a rayas, el sol reflejado en el agua, la melodía del idioma al pasear por sus estrechas calles… Un simple paseo en góndola, un helado en la Piazza San Marco o visitar museos y conocer parte de la cuna del arte clásico son planes ideales para unas vacaciones tranquilas y llenas de cultura. Venezia enamora a parejas, a padres y a niños por igual.
Sin salir de la península, este municipio es ideal para una escapada fresca, llena de vida, naturaleza y gastronomía. La visita a la Alhambra es obligatoria y recorrer las calles de esta bonita ciudad una firme recomendación. Una actividad genial para toda la familia es la visita al Parque de las Ciencias, un museo interactivo en que se puede desde comprobar las leyes de la física, descubrir la historia del cuerpo humano o el planetario, hasta experimentar ilusiones ópticas a través de espejos y lentes. Una apuesta segura, pues hay espacios exclusivos para niños.
Que a esta ciudad belga se le llame «la Venezia del norte» da muchas pistas sobre el paisaje que podemos encontrar en Brujas. Con sus canales y su conservado estilo medieval, la ciudad es realmente preciosa para visitar en cualquier época del año. Al ser pequeña –170.000 habitantes–, es perfecta para ver al detalle en tan sólo un par de días y desconectar de la rutina del día a día. La Plaza Mayor, sus museos o la torre Belfort son los emblemas de una de las ciudades con más encanto de Europa.
Un destino que sorprende. Sus puentes, tranvías o monumentos son algunos de los motivos por los cuales visitar a nuestro vecino portugués. Además de una ciudad de plazas y calles muy bonitas, Lisboa es barata, por lo que resulta perfecto para ir un fin de semana en familia y no privarse de caprichos que la gastronomía incita a descubrir: toda una tradición de pescados y dulces tan diferentes a los que acostumbramos que sorprende tenerlos tan cerquita. ¡Una cultura para vivirla en familia!
El lugar estrella si tus planes tienen nieve de por medio. En Andorra hay un montón de estaciones en las que disfrutar del deporte con los peques de la casa, ya sea en trineo –súper divertido, para niños y padres– o practicando esquí o snowboard. Los peques aprenden rapidísimo, por lo que no será un problema si no saben esquiar y, además, ¡les encantará! Y cuando la jornada termina, el paso por su famoso balneario o un chocolate bien caliente en la ciudad pondrá la guinda a unas vacaciones de aventura y relax a partes iguales.
Elige qué ciudad vas a descubrir… y deja la huella de Pikolinos en cada rincón.