Con el estrés que genera el trabajo y la rutina, dormir no basta para que nuestro cuerpo recupere la energía consumida durante el día. Si, además, hacemos deporte o alguna actividad física complementaria, es necesario mimarnos un poco más y respetar al máximo las horas de sueño, la alimentación y, sobre todo, dejar de la lado los malos hábitos. Algo tan sencillo como un baño de agua caliente es uno de esos placeres que ayudarán a nuestro cuerpo a retomar fuerzas para comenzar el día al cien por cien. Pero, ¿sabes realmente todos los beneficios de un baño de agua caliente?
1. Relaja los músculos. Es su principal característica. Un buen baño caliente aumenta la capacidad del cuerpo para relajar la tensión muscular y hace que libere endorfinas (sustancias químicas naturales del cuerpo que nos hacen sentir bien).
2. Mejora tu descanso. Si sufres insomnio o padeces migrañas, un baño antes de irte a la cama una vez a la semana combatirá estos problemas. Inclúyelo el fin de semana, por ejemplo, ya que es un buen momento para deshacerte de todo el estrés de la semana y comenzar la siguiente relajado.
3. Pérdida de peso. Una terapia de agua caliente puede ayudarte a quemar toxinas y liberar tu cuerpo del exceso de grasa. No te engañes, no es ningún truco para adelgazar, sino para depurar tu cuerpo por fuera si sigues una dieta sana y equilibrada y lo cuidas por dentro.
4. Equilibra la mente. Liberar el estrés no solo deja nuestro cuerpo más relajado, sino que también ayuda a desestresar la mente y conseguir que se aleje de las preocupaciones que no te permiten disfrutar de otros detalles de tu día a día.
5. Mejora la circulación. El agua caliente estimula el drenaje linfático, lo que ayuda a desintoxicar tu sistema y regenerar y sanar más rápido las células.
Entre los muchos consejos para relajarse que existen, parece que tomar un baño es una de las más fáciles. Sin embargo, no consiste tan solo en llenar la bañera de agua y pasar un rato a remojo, a la espera de que los dedos se pongan arrugados como garbanzos. La clave de la relajación va mucho más allá. De hecho, hay quienes no consiguen desconectar cuando se meten en la bañera.
Para disfrutar, obtener los beneficios de un baño y relajarte completamente, este ha de ser como un ritual. Un placer en el que sentirte cómodo y tener tiempo para ti. Para pensar en tus cosas, o en nada. Ponte música relajante, cierra los ojos y haz respiraciones profundas, manteniendo el aire en tu barriga durante segundos y expulsándolo poco a poco por la boca. Añade sales relajantes (las hay Epson, marinas, ecológicas, aromáticas…) y, sobre todo, no tengas prisa. Solo disfrútalo.