Los mejores planes surgen de repente. De una tarde entre amigas en la playa, o de una noche tomando algo en una terraza… Se planea una escapada de verano, una de esas en las que no hace falta más que el bikini, la toalla y un outfit para cambiar de la playa a las terrazas de música y vino. No hace falta irse muy lejos, tenemos unas islas preciosas en el Mediterráneo en las que dos días son suficientes para desconectar, tomar el sol y divertirte con quien quieras que te acompañe en la aventura.
Ibiza: la de las calas, la de la naturaleza, los restaurantes secretos y los atardeceres en la playa. Olvida el tópico de la fiesta nocturna que envuelve a la ciudad, descúbrela y aprovecha el día, cuando la ciudad parece que duerme.
Menorca: es un destino que sorprende por su encanto. Por sus blancas casitas de ventanas de madera, por sus callejones estrechos empedrados, su naturaleza de verde intenso, sus aguas turquesas.
Formentera: tan virgen, tan bonita. Disfruta de un desayuno con vistas al mar, piérdete en este paraíso por unos días.
Mallorca: el encanto de las Baleares, la arena fina y las aguas cristalinas… Con las ventajas de la ciudad. Una isla para vivir de día y de noche, con planes de playa y de montaña, con gente por todas partes o en la soledad de la naturaleza.